viernes, 11 de octubre de 2013

Los berrinches o rabietas en los niños ¿Cómo controlarlos?


Un berrinche o rabieta es una forma de expresar ira o enojo en los niños pequeños. Esto puede ocurrir aunque los padres sean dulces y serenos, es simplemente la forma del niño de intentar expresarse u obtener lo que desea.

El niño de 2 años
  • Le gusta que las rutinas para comer, vestirse e ir a dormir sean las mismas cada día porque esto le ayuda a sentirse más seguro.
  • Tiene dificultad para tomar decisiones. Quiere las dos cosas, leche y jugo, en lugar de escoger uno.
  • Se esfuerza por controlar su mundo, es probable que se vuelva muy mandón y exigente.
  • Se frustra con facilidad y se chupa el dedo, se apega a un juguete, hace berrinches o grita para liberar tensiones.
  • Puede mostrarse en un minuto sumiso, e independiente el siguiente.
  • Todavía no es capaz de compartir y necesita empezar a relacionarse con otros niños.
  • No acepta bien los lugares nuevos.
Desde que son muy pequeños los niños aprenden que el llanto es uno de los mejores recursos para reclamar la atención de los padres, sabemos que, durante cierto tiempo es el único medio del que disponen.

El problema surge cuando el niño lo utiliza intencional e indiscriminadamente para obtener ciertas recompensas. El niño quiere conseguir algo ya sea porque sus padres se lo niegan o porque el niño anticipa esa dificultad, y recurre al llanto y al enojo como respuesta a la frustración de sus deseos.

Cuando el niño obtiene lo que desea de los padres, deja de llorar, recompensando así a los padres con el alivio de que desaparece la conducta del niño. Sin embargo, ahora él aprende que su berrinche domina la situación y consigue la solución de los conflictos.

¿Qué podemos hacer?

Debemos enseñarle que los berrinches no dan resultado, y que no le harán cambiar de opinión a usted. Puede empezar a enseñarle a su hijo a expresar sus sentimientos con palabras “Estás enojado porque...". Debemos enseñar a los niños que el enojo es normal, pero que debe ser manifestado en la forma apropiada. Hay que recordar que el berrinche no sucede si no hay un público que reaccione ante él.

Una vez que ha empezado el berrinche, aléjese, incluso yendo a otro cuarto para que el niño ya no tenga quien le escuche. Mientras el niño no corra ningún peligro, cuidar que no dañe o se lastime. No trate de razonar con el niño, simplemente dígale: "Veo que estás muy enojado. Te dejaré solo hasta que te calmes. Hazme saber si quieres hablar". Deje que el niño recupere el control.

Es importante recordar que si queremos que el niño mantenga un control sobre su comportamiento, debemos dar el ejemplo nosotros mismos, manteniendo un volumen de voz claro y expresar con el tono tranquilidad.

Los berrinches pueden prevenirse dándole a su hijo una advertencia con 5 minutos de anticipación, en vez de pedirle de repente que deje inmediatamente de hacer lo que está haciendo. Una vez que el berrinche o rabieta ya empezó, deje que su hijo siga con ella durante 2 ó 3 minutos. Trate de expresar con palabras lo que el niño expresa: "Tú quieres seguir jugando, pero es hora de dormir". Usted puede prevenir también los berrinches diciendo "No" con menos frecuencia, es más útil explicar de una manera simple el porque se niega ese comportamiento.

Muchos padres dicen “no” cuando realmente quieren decir “me parece que no”. Cuando el niño protesta suficientemente, el padre o la madre cede, reforzando la conducta. Los niños rápidamente distinguen entre los “no” bien establecidos, como el “No se juega con los cuchillos” y los “no” permisivos “no hay galletas antes de cenar”.

Es importante establecer normas razonables, claras y coherentes y sobre todo no cambiarlas, para que el niño conozca perfectamente donde están sus límites. El que algo se pueda o no se pueda hacer, no debe depender del humor que tengan en ese momento los padres. Las reglas deber ser siempre las mismas y también independientemente de que quien esté en ese momento al cuidado sea el padre o la madre.

Otra manera de prevenir berrinches es el permitir que los niños pequeños realicen pequeñas elecciones frecuentes, todas dentro del terreno de lo aceptable “¿Quieres tomarte la leche en el vaso azul o en el rojo?”. Siempre que sea posible, ofrecer al niño la posibilidad de elegir entre varias opciones disponibles.

El no atender a un berrinche no significa el rechazar al niño afectivamente. Es no prestar la atención ante estas conductas no deseadas y darla ante un comportamiento más adecuado, elogiando aquellos comportamientos positivos.

Debemos saber que cuando empecemos a no atender a estas conductas, en lugar de disminuir va a aumentar, esto se le conoce como la curva del aprendizaje, no te asustes es normal y después irá disminuyendo, debemos seguir actuando como se habia establecido.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La maravillosa etapa del suelo




Desde los 9 meses de edad los bebés pueden realizar diferentes movimientos además del desplazamiento, como los siguientes:

  • Repite los comportamientos que le generan satisfacción.
  • Busca objetos escondidos debajo de otro.
  • Busca objetos que desaparecen pero continúan haciendo ruido.
  • Relaciona objetos que comparten características similares.
  • Si cae un objeto se desplazan para alcanzarlo.
  • Búsqueda visual de los objetos en movimiento así como de los sonidos.
  • Juega con elementos que tienen en las manos, los mueven y siguen sus movimientos.
  • Pasan objetos de una mano a otra.
  • Inicia el uso de la pinza para tomar objetos.
  • Sentarse sin ayuda.
  • Con soporte realizan flexiones de las piernas a manera de saltos.

Sin embargo, el reptar y  el gatear favorecen al buen desarrollo en los bebés, estos movimientos son de los más importantes para generar óptimas conexiones neuronales  y como lo dicen varios expertos entre ellos la psicóloga británica Sally Goddard, estas formas de desplazamiento, facilitan tanto la integración de información sensorial, como los sistemas vestibulares, visual y propioceptivo, todos empiezan a trabajar juntos la primera vez. Durante este período de movimiento de desarrollo, el niño adquiere el sentido del equilibrio, el sentido del espacio y el sentido de la profundidad. Es a través de arrastrarse y gatear que las actividades inmaduras de ver, sentir y moverse se sincronizan por primera vez para aportar una imagen más completa del entorno.

Las capacidades de enfocar a distancia y la coordinación oculo-manual utilizadas en el acto de arrastrarse son las mismas habilidades que el niño utilizará cuando empiece el aprendizaje a la lectoescritura.

A pesar de todos los elementos que existen hoy en día para mantener al bebé seguro y que los padres puedan realizar sus actividades cotidianas, un bebé de 6-9 meses de edad necesita experimentar nuevas sensaciones con su cuerpo y con todos sus sentidos, el dejarle sentado todo el día en la sillita, la hamaca, el cochecito, la cuna o el sillón será convertirlo en mero espectador de su entorno.

Los andadores (andadera) son instrumentos populares, sin embargo, reducen la oportunidad de experimentar, obligando al bebé a ponerse de pie con apoyo. Impiden el gateo y fuerzan al bebé a colocarse en postura bípeda cuando todavía no tiene suficiente tono muscular en las piernas y no está preparado para hacerlo.

Ahora te damos unas actividades fáciles para favorecer el gateo del bebé una vez que el ya logra sentarse sin apoyo.

  • Cuando está sentado, ayúdelo a que apoye las manos hacia adelante, doble las rodillas y dirija los pies hacia atrás, con un ligero empujón al balancearse, quedará apoyado en posición de gateo.
  • Para impulsarlo a desplazarse, utiliza las palmas de tus manos, colocando cada una en sus plantas de los pies de manera rígida, poco a poco sentirán la presión e intentaran empujarse hacia adelante.
  • Para mejorar la postura del gateo, haga presión sobre sus hombros y sus caderas para que mejore la postura y la fuerza, empújelo hacia adelante y a los lados para que mejore el equilibrio.

Cuando el bebé comience a desplazarse de esa manera, su fuerza, coordinación y equilibrio mejoraran, al igual que la musculatura de su cuello, extremidades y tronco, más tarde, la motricidad fina y  la marcha se verán favorecidas por el tiempo que el bebé dedicó a gatear.

sábado, 17 de agosto de 2013

Somos el ejemplo

Nuestro ejemplo es el modelo para los pequeños que conviven con nosotros, somos su maestro, ¿Qué queremos enseñar?


miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Decisiones? Consúltalo con la almohada

Los neurocientíficos han identificado varios motivos por los que el dormir antes de tomar una decisión importante ayuda a elegir mejor. En la fase MOR, movimientos oculares rápidos del sueño, nuestro cerebro suaviza las emociones negativas guardadas en la memoria, las experiencias del día anterior reducen su carga emocional después de dormir y nos sentimos en un mejor estado para afrontarlas.

Cuando pasamos una noche sin dormir nuestra actividad cerebral en regiones  que incrementan las situaciones hipotéticas se elevan, la falta de sueño potencia las decisiones arriesgadas.

Al dormir antes de decidir, despejamos nuestra mente, dejamos de analizar acerca de las posibilidades entre una elección y otra, y nos liberamos del estrés de creer que debemos decidir de manera inmediata.


Dormir ayuda a organizar nuestros recuerdos, nos permite procesar la información recibida durante el día y resolver problemas. 

El apego: La dependencia se convierte en independencia

Esa necesidad del bebé de estar cerca de la madre, pedir los brazos, sentirse protegido y cuidado, ha sido estudiado a lo largo de la historia. Surgió la teoría del apego, gracias al psicólogo John Bowlby quien trabajo en instituciones con niños quienes no podían tener la cercanía con su madre.

El apego se conoce como el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres desde los primeros años de su vida y le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de su personalidad.

Un concepto clave en el apego es que la dependencia de un niño con el tiempo se transforma en independencia.  Después de sentir que pueden contar con los padres y perciben su entorno como un lugar seguro, los niños logran desenvolverse y explorar su mundo y jugar por su cuenta con seguridad.

El apego no debe confundirse con darle al niño todo lo que pida, sino hacerle saber que somos sus guías en este mundo al que acaba de llegar y nos encargaremos de construir con el las mejores bases para su bienestar.

Para el bebe es importante que sus padres comprendan lo que necesita, de este modo el aprende a confiar.  Si los padres reaccionan de forma sensible, reconfortante y sistemática a las necesidades de sus hijos, se crea un apego seguro y saludable.

Nuevamente, la importancia de la comunicación no verbal, se aprecia en todo momento y sobre todo cuanto tu hijo te pide apoyo y busca tu ayuda, haciéndole saber con palabras lo que sucede, tu tono de voz le asegura que lo comprendes y entiendes su incomodidad o dolor.   El responder atentamente a sus necesidades y estar abierto emocionalmente para tu hijo, estarás estableciendo tu vinculo afectivo con el bebe y reforzando el apego.

Los lazos emocionales que se establecen durante los primeros años de vida desarrollan  una seguridad en el niño que genera mejores aptitudes para controlar posteriormente el estrés y formar relaciones sociales más saludables.

El establecer un apego saludable es un proceso continuo, mientras crezcan, incluso siendo adolescentes, necesitaran sentirse seguros y contar con personas receptivas que les demuestren su afecto.

Sin duda, el dedicar tiempo al bebé, en una interacción de cuidado y atención es el mejor esfuerzo para logar la estabilidad emocional del niño en su desarrollo.




miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Qué áreas en nuestro cerebro influyen para aprender una lengua?

El aprender una lengua depende de la conexión entre regiones del hemisferio izquierdo, según el estudio científico realizado por Barcelona y Londres.

Las pruebas se aplicaron a 27 voluntarios a los cuales se les hizo escuchar 9 pseudopalabras, haciendo una repetición de manera aleatoria durante 42 veces.

Se comprobó que en el fascículo arqueado del cerebro, fibras nerviosas que conectan las regiones auditivas del lóbulo temporal con la región motora en el lóbulo frontal, son clave del aprendizaje de una lengua.

La diferencia en el aprendizaje entre una persona y otra, se condiciona por el desarrollo de dichas conexiones en esta zona cerebral.


martes, 23 de julio de 2013

La sabiduría del silencio

Cuando nos enfrentamos a un nuevo reto, hacer del silencio tu primera reacción, te da la oportunidad de reflexionar antes de actuar, incrementando de esta manera la probabilidad para que lo que digas sea pensado, inteligente, útil y atinado. 

Además, practicar el contener la urgencia de realizar una acción cuando se presenta algún problema, favorece no sólo a una adecuada reflexión en silencio,  sino concede tiempo, algunas veces, la mejor decisión ante una dificultad es la de no reaccionar.


El silencio es un excelente auxiliar para el autocontrol, no sólo porque en apariencia lo refleja, sino porque con el tiempo y la práctica es algo que se consigue.

domingo, 21 de julio de 2013

¿Por qué es tan importante el desarrollo socio-afectivo en los niños?

Vivimos con las emociones cada día, pero en muchas ocasiones, olvidamos lo importantes que son, se reflejan en nuestro comportamiento, en nuestro aprendizaje, incluso en la memoria.  

Las emociones son fenómenos psicológicos, que generan respuestas fisiológicas, conductuales y cognitivas.  Surgen debido a situaciones en el exterior o desde el interior, por nuestros pensamientos y recuerdos (conscientes e inconscientes).

Las situaciones externas y sociales cambian constantemente y se integran en ellas diversos factores que no pueden controlarse. Para afrontar cada una de las situaciones que se presentan en nuestro entorno, necesitamos competencias adecuadas y hacerlo de manera constructiva. 

Son estructurados por el desarrollo socio-afectivo, el rendimiento tanto escolar como profesional y diferentes aspectos de la personalidad como la autoconfianza, el autoestima, la seguridad, la autonomía y la iniciativa.

El desarrollo socioafectivo de los niños abarca aspectos afectivos, sociales, morales y sexuales, es una parte esencial para conseguir el desarrollo integral y podemos comenzar a afianzarlo reflexionando acerca de la afectividad y las relaciones sociales.

Un adecuado desarrollo socio-afectivo, ayuda a las personas a integrarse en la sociedad en la que viven. Si queremos una sociedad de personas capaces de relacionarse positivamente con los demás  comunicar sus deseos y sentimientos y afrontar de manera constructiva las dificultades de la vida, debemos trabajar desde la infancia. 

Si tienes hijos, sobrinos, trabajas con niños o convives con ellos con frecuencia, podemos realizar acciones que favorezcan su desarrollo socio-afectivo.


¿Qué podemos hacer?

  • Comprender las reacciones del niño.
  • Identificar sus emociones. Enseñar al reconocimiento de cada una en él y que sepa cómo afectan a su comportamiento.
  • Fomentar el control de sus impulsos y respuestas conflictivas.
  • Ayudar al niño a conocer sus capacidades y limitaciones. Autoconocimiento.
  • Promover la empatía con los demás. 
  • Reconocer en los otros sus sentimientos y sus necesidades.
  • Valorar junto con él, positivamente a otros.
  • Favorecer el compartir y el cooperar.
  • Practicar el uso de estrategias adecuadas para resolver los conflictos con los demás.


Debemos relacionarnos con ellos, no sólo por medio de palabras, sino también a través de la comunicación no verbal, prestar atención a nuestros gestos, expresiones corporales, faciales y contacto físico. Cuidar ese gran porcentaje que expresamos de manera no verbal, nos permite trasmitir a los niños el mensaje que deseamos.