Esa
necesidad del bebé de estar cerca de la madre, pedir los brazos, sentirse
protegido y cuidado, ha sido estudiado a lo largo de la historia.
Surgió la teoría del apego, gracias al psicólogo John Bowlby
quien trabajo en instituciones con niños quienes no podían tener
la cercanía con su madre.
El
apego se conoce como el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres
desde los primeros años de su vida y le proporciona la seguridad emocional
indispensable para un buen desarrollo de su personalidad.
Un
concepto clave en el apego es que la dependencia de un niño con el tiempo se
transforma en independencia. Después de sentir que pueden contar con los
padres y perciben su entorno como un lugar seguro, los niños logran
desenvolverse y explorar su mundo y jugar por su cuenta con seguridad.
El
apego no debe confundirse con darle al niño todo lo que pida, sino hacerle
saber que somos sus guías en este mundo al que acaba de llegar y nos
encargaremos de construir con el las mejores bases para su bienestar.
Para
el bebe es importante que sus padres comprendan lo que necesita, de este modo
el aprende a confiar. Si los padres reaccionan de forma sensible,
reconfortante y sistemática a las necesidades de sus hijos, se crea un apego
seguro y saludable.
Nuevamente,
la importancia de la comunicación no verbal, se aprecia en todo momento y sobre
todo cuanto tu hijo te pide apoyo y busca tu ayuda, haciéndole saber
con palabras lo que sucede, tu tono de voz le asegura que lo comprendes y
entiendes su incomodidad o dolor. El
responder atentamente a sus necesidades y estar abierto emocionalmente para tu
hijo, estarás estableciendo tu vinculo afectivo con el bebe y
reforzando el apego.
Los
lazos emocionales que se establecen durante los primeros años de vida desarrollan
una seguridad en el niño que genera mejores aptitudes para controlar
posteriormente el estrés y formar relaciones sociales más saludables.
El
establecer un apego saludable es un proceso continuo, mientras crezcan, incluso
siendo adolescentes, necesitaran sentirse seguros y contar con personas
receptivas que les demuestren su afecto.
Sin
duda, el dedicar tiempo al bebé, en una interacción de cuidado y atención es el
mejor esfuerzo para logar la estabilidad emocional del niño en su desarrollo.
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