Vivimos con las emociones
cada día, pero en muchas ocasiones, olvidamos lo importantes que son, se
reflejan en nuestro comportamiento, en nuestro aprendizaje, incluso en la
memoria.
Las emociones son fenómenos
psicológicos, que generan respuestas fisiológicas, conductuales y cognitivas.
Surgen debido a situaciones en el exterior o desde el interior, por
nuestros pensamientos y recuerdos (conscientes e inconscientes).
Las situaciones externas y sociales
cambian constantemente y se integran en ellas diversos factores que no pueden
controlarse. Para afrontar cada una de las situaciones que se presentan en
nuestro entorno, necesitamos competencias adecuadas y hacerlo de manera
constructiva.
Son estructurados por el desarrollo
socio-afectivo, el rendimiento tanto escolar como profesional y diferentes
aspectos de la personalidad como la autoconfianza, el autoestima, la
seguridad, la autonomía y la iniciativa.
El desarrollo socioafectivo de los
niños abarca aspectos afectivos, sociales, morales y sexuales, es una parte
esencial para conseguir el desarrollo integral y podemos comenzar a afianzarlo
reflexionando acerca de la afectividad y las relaciones sociales.
Un adecuado desarrollo socio-afectivo,
ayuda a las personas a integrarse en la sociedad en la que viven. Si queremos
una sociedad de personas capaces de relacionarse positivamente con
los demás comunicar sus deseos y sentimientos y afrontar de manera
constructiva las dificultades de la vida, debemos trabajar desde la
infancia.
Si tienes hijos, sobrinos, trabajas con niños o convives con ellos con
frecuencia, podemos realizar acciones que favorezcan su desarrollo
socio-afectivo.
¿Qué podemos hacer?
- Comprender
las reacciones del niño.
- Identificar
sus emociones. Enseñar al reconocimiento de cada
una en él y que sepa cómo afectan a su comportamiento.
- Fomentar
el control
de sus impulsos y
respuestas conflictivas.
- Ayudar
al niño a conocer sus capacidades y limitaciones. Autoconocimiento.
- Promover
la empatía con los
demás.
- Reconocer
en los otros sus sentimientos y sus necesidades.
- Valorar
junto con él, positivamente a otros.
- Favorecer
el compartir
y el cooperar.
- Practicar
el uso de estrategias adecuadas para resolver
los conflictos con
los demás.
Debemos relacionarnos con ellos, no
sólo por medio de palabras, sino también a través de la comunicación no verbal,
prestar atención a nuestros gestos, expresiones corporales, faciales y contacto
físico. Cuidar ese gran porcentaje que expresamos de manera no verbal, nos
permite trasmitir a los niños el mensaje que deseamos.