martes, 23 de julio de 2013

La sabiduría del silencio

Cuando nos enfrentamos a un nuevo reto, hacer del silencio tu primera reacción, te da la oportunidad de reflexionar antes de actuar, incrementando de esta manera la probabilidad para que lo que digas sea pensado, inteligente, útil y atinado. 

Además, practicar el contener la urgencia de realizar una acción cuando se presenta algún problema, favorece no sólo a una adecuada reflexión en silencio,  sino concede tiempo, algunas veces, la mejor decisión ante una dificultad es la de no reaccionar.


El silencio es un excelente auxiliar para el autocontrol, no sólo porque en apariencia lo refleja, sino porque con el tiempo y la práctica es algo que se consigue.

domingo, 21 de julio de 2013

¿Por qué es tan importante el desarrollo socio-afectivo en los niños?

Vivimos con las emociones cada día, pero en muchas ocasiones, olvidamos lo importantes que son, se reflejan en nuestro comportamiento, en nuestro aprendizaje, incluso en la memoria.  

Las emociones son fenómenos psicológicos, que generan respuestas fisiológicas, conductuales y cognitivas.  Surgen debido a situaciones en el exterior o desde el interior, por nuestros pensamientos y recuerdos (conscientes e inconscientes).

Las situaciones externas y sociales cambian constantemente y se integran en ellas diversos factores que no pueden controlarse. Para afrontar cada una de las situaciones que se presentan en nuestro entorno, necesitamos competencias adecuadas y hacerlo de manera constructiva. 

Son estructurados por el desarrollo socio-afectivo, el rendimiento tanto escolar como profesional y diferentes aspectos de la personalidad como la autoconfianza, el autoestima, la seguridad, la autonomía y la iniciativa.

El desarrollo socioafectivo de los niños abarca aspectos afectivos, sociales, morales y sexuales, es una parte esencial para conseguir el desarrollo integral y podemos comenzar a afianzarlo reflexionando acerca de la afectividad y las relaciones sociales.

Un adecuado desarrollo socio-afectivo, ayuda a las personas a integrarse en la sociedad en la que viven. Si queremos una sociedad de personas capaces de relacionarse positivamente con los demás  comunicar sus deseos y sentimientos y afrontar de manera constructiva las dificultades de la vida, debemos trabajar desde la infancia. 

Si tienes hijos, sobrinos, trabajas con niños o convives con ellos con frecuencia, podemos realizar acciones que favorezcan su desarrollo socio-afectivo.


¿Qué podemos hacer?

  • Comprender las reacciones del niño.
  • Identificar sus emociones. Enseñar al reconocimiento de cada una en él y que sepa cómo afectan a su comportamiento.
  • Fomentar el control de sus impulsos y respuestas conflictivas.
  • Ayudar al niño a conocer sus capacidades y limitaciones. Autoconocimiento.
  • Promover la empatía con los demás. 
  • Reconocer en los otros sus sentimientos y sus necesidades.
  • Valorar junto con él, positivamente a otros.
  • Favorecer el compartir y el cooperar.
  • Practicar el uso de estrategias adecuadas para resolver los conflictos con los demás.


Debemos relacionarnos con ellos, no sólo por medio de palabras, sino también a través de la comunicación no verbal, prestar atención a nuestros gestos, expresiones corporales, faciales y contacto físico. Cuidar ese gran porcentaje que expresamos de manera no verbal, nos permite trasmitir a los niños el mensaje que deseamos.